lunes, 20 de abril de 2009

Despedirlos a todos

El mundo está en crisis. ¡Vaya por Dios!
De repente, como un terremoto inesperado, como un volcán que repentinamente hace irrupción, nos aflora, un día cualquiera, una crisis. Es como un tsunami absolutamente imprevisto que emerge de las profundidades para arrasar con todo, especialmente con aquel “todo” de los que menos tienen.
Hasta los políticos se sorprenden de que aparezca un día un estado de crisis colectiva, mundial. Hablan de la crisis como si hablaran de un accidente, como si hablaran de un tigre que ha aparecido de repente en nuestras calles y que es muy difícil de abatir. Hablan de la crisis como algo sorpresivo que brota absolutamente de la nada y contra el que todos hemos de luchar, unidos si puede ser. Es aquél enemigo que nos une a todos. Y aparece la demagogia por todos lados. Y hay manifestaciones, reclamaciones, aumento de las necesidades de las personas y familias, y traumas, y dramas, y lloros, y acusaciones. Hay gente que lo pasa mal. Siempre son los mismos los que la padecen con más intensidad.
Se habla de la crisis como si fuera un malvado extraterrestre que surge de la nada para comérselo todo. Le podríamos poner un nombre al enemigo, don Crison, por ejemplo. Así localizaríamos mejor quién es nuestro adversario.
Estas crisis hacen disminuir las ayudas a los que la necesitan, hacen aumentar el paro, disminuyen los recursos disponibles especialmente a los que más los requieren.
Pobre mundo, pobres terrícolas, de repente ha asomado, sin justificación y por sorpresa Don Crisón para aguarnos la fiesta. También con meditación y alevosía. El diablo ha llegado y nadie sabe como ha sido. ¡Todos contra la crisis!


Pues no es así, señores.


Quién siembra vientos recoge tempestades, dicen.
La crisis no aparece porqué sí. Aparece única y específicamente por la ineptitud de los políticos. Estoy hablando de todos los políticos, de todos los países. A países más potentes, más responsabilidades. Hablamos de Estados Unidos, China, Japón, Alemania, Canadá, Francia, Reino Unido, India, Italia, España (octava potencia mundial), Indonesia, Brasil, Egipto, …
Hablamos de todos y cada uno de los presidentes, primeros ministros, de estos países, ministros de economía y de otros ministerios, etc. etc. Hablamos del Banco Mundial, de la comunidad Económica europea, del Fondo monetario, de la ONU, hablamos de todos ellos.
Recapitulemos. La organización mundial esta basada en un hecho: elegimos a unos representantes para que nos gobiernen. Para ello les damos todas la herramientas necesarias para poder llevar a cabo su trabajo (impuestos, policía, capacidad legislativa, ejecutiva, sus remuneraciones, les pagamos sus viajes, etc., etc., etc.).
¿Y ellos que deben hacer con todo esto?
Deben trabajar para nosotros, deben legislar para que los diferentes pueblos del planeta progresen, deben repartir mejor la riqueza, deben conseguir que haya cada vez más un nivel de justicia superior, deben controlar que no haya abusos, deben regular las instituciones, deben reglamentar funcionamientos, deben fomentar la libertad de las personas, deben evitar la escasez de alimentos, deben pensar que el planeta no es un herencia de nuestros padres sino un préstamo de nuestros hijos, deben aumentar las cosechas para que haya alimentos para todos, deben, deben.
Pues no lo hacen. Al menos en la parte más importante.
Lo hacen tan mal que no controlan, no regulan, no reglamentan, no fomentan, no hacen nada.
Regulan tan mal, en este caso la economía, que así estamos!! Son los responsables de los booms inmobiliarios, de los fraudes en los fondos de inversión, en las bolsas, de los aumentos ficticios de las cotizaciones. Como no saben hacer su trabajo, los de siempre se enriquecen creando burbujas falsas, ficticias. Su ineficiencia permite la creación de castillos de arena o castillos de naipes que no tienen nada dentro, donde todo es artificial y artificioso. Donde hay burbujas por todas partes: inmobiliarias, en las cotizaciones de bolsa, en los precios, en la fiabilidad del sistema bancario, en la seguridad de las pensiones que hemos pagado, etc. hay fraudes por todos lados.
Sé que es imposible controlarlo todo, pero parece mentira que no controlen casi nada.
Estamos pagando unos sueldos a personas que no realizan el trabajo encomendado por sus electores.
Todos sabemos que el ser humano es egoísta, que piensa en sí mismo. Por eso les elegimos, para que gobiernen de una manera que eviten los abusos.
En una empresa privada serían despedidos ipso facto por ineptos, por irresponsables, por vividores, por estafadores.
Seguramente dedican su tiempo a mimar a los poderes fácticos, a aceptar estrategias que les perpetúen en el poder, a pelearse entre ellos, a hacer alianzas que les beneficien, a tomar decisiones para vender imagen pública,…
Esta crisis, no nos engañemos, ha estado originada, fomentada, aceptada y provocada por una serie de gobernantes que no han sido capaces de hacer su trabajo. Si se pasan todo el tiempo haciendo política de letras minúsculas no les queda tiempo para hacer lo que deben hacer.
Otra parte indecente es cuando en sus declaraciones parece que la crisis sea un problema caído repentina y sorpresivamente de los cielos.
Pero, si sois vosotros los responsables!!
Y mientras tanto, los de siempre se han forrado.

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