sábado, 3 de julio de 2010

La cebolla fundamentalista


                                        

Parte 1: La cebolla
Cuando nacemos somos como criaturas celestiales, ángeles, dioses. Emanamos aquella luz universal pura, inocente. En ese momento todo es futuro, todo está por hacer. Tenemos el potencial infinito de crearnos, de moldearnos, de SER !! No sabemos nada, por lo que todo, absolutamente todo está por aprender. Somos la pureza, la esencia de la vida, la universalidad de ese poder ser. Somos uno pero a la vez somos todo. Somos el universo condensado y, a la vez, formamos parte de él.

Poco a poco nuestra vida va recibiendo influencias desde todos los lados, desde todos los ángulos, bajo todos los aspectos posibles.
Todo, en realidad, es una influencia para nosotros.
Todo este aprendizaje se va grabando a hierro y fuego alrededor de nuestra esencia, de nuestro espíritu, de nuestro ser.

Poco a poco, segundo a segundo, minuto a minuto, hora a hora, semana a semana, mes a mes, año a año vamos esculpiendo y superponiendo capas alrededor de ese núcleo central que es lo que realmente somos. Estas capas, como si de una cebolla se tratase, van ocultando, tapando, escondiendo la verdadera esencia de nuestro ser, aquello que somos.

Los demás nos van a ver así, con todas nuestras capas, con nuestras túnicas envolventes.
Nuestra condición natural permanecerá oculta bajo esas telas y casi nadie verá nunca nuestro interior.
Nos van a ver siempre con ese disfraz.
Solo aquellas personas con un sexto sentido van a poder detectar esa esencia real que escondemos bajo todas esas envolturas.

El problema surge cuando nosotros mismos no podemos distinguir nuestra naturaleza real y creemos que somos lo que el envoltorio refleja.
Nos reconocemos con ese disfraz e incluso llegamos a olvidar que esa luz universal que es en realidad la esencia de lo que somos está en el interior de ese revestimiento externo. Simplemente ignoramos ese interior y nos quedamos en la superficie.

Por eso todo lo que vemos, lo que sentimos, lo que captamos del mundo exterior no es la realidad. Ese caparazón que llevamos puesto y que seguimos creando y alimentando constantemente nos evita ver la realidad tal cual es. Solo podemos apreciarla de una manera borrosa, como si hubiera una niebla permanente alrededor nuestro.
Incluso lo que vemos con nuestros ojos, lo que tocamos con nuestras manos, lo que olemos con la nariz, escuchamos con nuestros oídos, los sabores que saboreamos con el gusto también están tergiversados.

Y, lógicamente, lo que sentimos en nuestro interior, lo que pensamos, las sensaciones que tenemos y nuestra sensibilidad están afectados por esas capas. Todo nos llega cambiado, difuso, moldeado y tergiversado.
Pensemos seriamente en esto.

Es lógico. Nuestros sentidos verdaderos están mediatizados y adulterados por toda esa, digamos, “experiencia evolutiva personal” en esta vida por la cual nos vamos creando una coraza, que se va enhebrando muy consistentemente muy densa y constantemente, sin pausa, a lo largo de los años.

Hasta nosotros perdemos las pistas de nuestra verdadera naturaleza. Sino prestamos atención esa esencia real puede llegar a desaparecer en las profundidades de nuestro ser, ahogada por tantas capas y capas de condicionantes.

El gran problema de nuestro ser humano, de nosotros mismos, de nuestros compañeros de viaje, de nuestros congéneres de la raza humana es que somos fácilmente engañables, somos muy poca cosa y necesitamos adaptarnos rápidamente a nuestro entorno. Como los animales, claro. Por la teoría de la evolución de que solo resisten los fuertes, los que se adaptan mejor. Ese miedo ancestral a nosotros mismos, al cambio, a lo desconocido, a reconocer nuestra realidad, nos ha obligado, como seres vivos, a lo largo de los siglos, a buscar excusas, a buscar a un dios, a crearnos unas necesidades para sobrevivir. Esta supervivencia va implícita en cada uno de nosotros, somos así, no de otra manera, como la mayoría de los animales y de los seres vivos.
No estamos hechos a la imagen y semejanza de nada. Si acaso a la imagen y semejanza del azar químico y físico. No somos más, ni menos, de lo que somos.

Buscamos todas necesidades en el exterior, casi nunca en el interior !
Necesitamos hacer un viaje a las chimbambas para encontrar algo que tenemos dentro de nosotros mismos !!!

Somos como cebollas cuyas capas ocultan esa luz interior que hemos tapado y hasta hemos olvidado que existe. Si hay suerte un día nos daremos cuenta y, quizás, ya sea demasiado tarde para ir retirando esas capas.

No somos dioses, pero sí deberíamos, al menos, ser conscientes de las influencias que vamos recibiendo, de cómo nos van, o nos vamos, lavando el cerebro.

Hemos de calmar nuestra mente, la pobre recibe tantos inputs e influencias externas que finalmente nos es más fácil aceptarlas y engañarnos, y así seguir traicionándonos que enfrentarnos a ellas.


Parte 2: El Fundamentalismo
En cualquier parte del mundo, en cualquier cultura, en cualquier grado de evolución el ser humano tiene una tendencia clara y natural hacia un fundamentalismo determinado.
Porque, no nos engañemos, la tónica común es que somos fundamentalistas! todos! (o casi todos). Desde siempre!

Unos serán fundamentalistas de sus religiones, otros de su organización política, otros de los que llaman sus libertades, otros de la naturaleza. Todos somos esclavos de un fundamentalismo concreto.

Este fundamentalismo está tan dentro de nosotros, tanto, que hemos llegado a no considerarlo como tal. Los demás son fundamentalistas nosotros no. Tenemos tantas capas superpuestas que al no ver nuestro núcleo central, que es realmente nuestra esencia y nuestro ser creemos que tenemos la razón.

Pero ¿de qué hablamos aquí, nosotros?
Hablamos de muchas cosas. Hablamos de costumbres, hablamos del poder, hablamos del éxito personal, hablamos de nuestras creencias, hablamos de dominar, de controlar, hablamos de éxito.

Cada fundamentalismo utiliza sus armas para seguir retroalimentándose, auto defendiéndose, por el miedo, ¿recuerdas?
Cada fundamentalismo necesita repetirse sus propias bondades para no sucumbir.

Y nosotros nos lo creemos, que otra cosa vamos a hacer !! Es normal ! Es tristemente lógico.

Si desde la cuna hemos estado recibiendo gota a gota, directo en vena, los versículos de nuestro fundamentalismo, llegamos hasta considerarlo natural, obvio y lo defendemos con teorías, hipótesis, reflexiones raciocinios, reflexiones, consideraciones, lógica, … Las capas de la cebolla somos nosotros ¡!!!

Cuando hablamos de otros fundamentalismos, de otros radicalismos siempre encontramos argumentos para defender el nuestro y menospreciar el ajeno.
Y cuando hablamos de los ajenos hacemos incluso razonamientos tipo: “aun aceptando tal premisa como correcta, el edificio no se sostiene por tal y por cual”.

Pero, recordemos, siempre vamos a opinar desde nuestra óptica, desde nuestra realidad falsa, desde nuestras capas de cebolla. Solo podemos pensar desde nosotros mismos, desde nuestra visión deforme y equivocada de la realidad.

Nuestro fundamentalismo occidental es, además, creo, más sofisticado que otros, más evolucionado en muchos sentidos, más justificado, más filosofado, más aceptado en nuestro mundo. Todas las ideas, mensajes, filosofías, teorías, etc. han sido desnaturalizados para adaptarlos a los intereses propios de ese fundamentalismo.

Se me ocurren multitud de preguntas que en nuestra civilización occidental damos como hechos infalibles e incontestables y que forman parte de versículos que damos como ciertos.
Estos axiomas, que no interesa cuestionar, los consideramos tan obvios que mediatizan toda nuestra cultura, nuestro comportamiento, nuestra forma de ser. Incluso nuestra manera de ser, nuestro carácter, nuestra personalidad, nuestra manera de pensar.
Están tan enraizados dentro de nosotros que somos capaces de generar ansiedad, bilis, nervios, insomnio, intenciones suicidas, locura, esquizofrenias, biporalismo, paranoias, etc. si algo falla. Podemos somatizar incluso sensaciones y miedos y llegar fácilmente a enfermar. Somos capaces de sacrificar nuestro tiempo, nuestra vida, incluso a nuestros seres queridos siguiendo su dictado. Y seguimos considerándolo normal, lógico, defendible.

. ¿dónde está escrito que el triunfo social ha de ser una meta?
. ¿dónde está escrito que el disponer de bienes materiales es un objetivo?
. ¿dónde está escrito que la evolución del ser humano pasa por lo material solo?
. ¿dónde está escrito que la competitividad es buena?
. ¿dónde está escrito que la fama y el reconocimiento han de dirigir nuestras vidas?
. ¿dónde está escrito que para evolucionar hemos de aprovecharnos del prójimo?
. ¿dónde está escrito que cada dios acepta las atrocidades que cometemos?
. ¿dónde está escrito que las empresas han de ganar más y más cada año?
. ¿dónde está escrito que la creación de riqueza material es el colofón de la humanidad?
. ¿dónde está escrito que debemos pretender escalar en la escala social?
. ¿dónde está escrito que para disfrutar la vida hemos de rodearnos de maquinaria sofisticada?
. ¿dónde está escrito que el fútbol es más importante que la justicia?
. ¿dónde está escrito que 30 muertos en un accidente en las pistas de esquiar en los Alpes es más noticia, o sea más importante, que 1000 muertos en una riada en Pakistán?
. ¿dónde está escrito que el peaje del cielo es el sufrimiento en la tierra?
. ¿dónde está escrito que la muerte de un soldado occidental es más importante que 12 niños muertos por un huracán en Thailandia?
. ¿dónde está escrito que hemos de mantener nuestro nivel vida aun a costa de continuar explotando a otros?
. ¿dónde está escrito que el mejor país es el que gana más medallas en unos juegos olímpicos?
. ¿dónde está escrito que para escalar hay que hacer la pelota?
. ¿dónde está escrito que la remuneración debe depender del éxito material y no del esfuerzo y la dedicación?
. ¿dónde está escrito que una jubilación cuesta una vida de trabajo?

Al verlo todo de está óptica entramos en un juego diabólico que solo sirve para fomentar y relanzar el sistema, para corresponder a egos personales y para seguir fomentando el fundamentalismo radical del más y más en lo material.

No todo es malo, no me interpretéis mal, pero hemos de buscar esa famosa escala de grises que los fundamentalismos rechazan por definición.
Los radicalismos son radicales. O blanco o negro. Necesitamos grises, solo grises.

Nuestro sistema es tan sofisticado, ya lo hemos dicho antes, que crea la falacia de que podemos quejarnos, podemos reclamar, podemos votar, podemos expresarnos libremente, somos libres.
Nuestro fundamentalismo necesita también parecer no fundamentalista. Ese es nuestro fundamentalismo.

Así primamos el liderazgo, el trabajo material, el esfuerzo, el éxito social, el éxito económico, el poder, el ganar (winner), el figurar, el parecer más de lo que se es, la competitividad, el triunfar es bueno, el progresar constantemente (más sueldo, mejor coche, más casas, más juguetes, más vacaciones, mas trajes, más moda, mas enseñarlo, …), necesitamos el reconocimiento social, el aplauso, la fama, la admiración, etc. Nuestro ego en lo material es insaciable. Siempre necesita más. La rueda nos va devorando.

No sería más lógico primar la paz interior, fomentar la armonía con nosotros mismos y nuestro entorno, reducir la ansiedad y el estrés, aprender que la felicidad está en las cosas pequeñas, aprender a conformarnos con algo normal, fomentar la actividad intelectual, promover el reparto y evitar el acopio, conseguir llevar vidas más sencillas, más cercanas a nuestra esencia pura, en fomentar la justicia social, ayudar a otras personas, …

No se trata de no triunfar, la realidad es no hay un partido a jugar. Todo ha sido una invención.

Cuando alguien gana, siempre hay alguien que pierde. Cuando alguien se alegra por una victoria, alguien sufre por su derrota. Cuando alguien gana, su ego se alimenta, su ego crece para entrar en una dinámica de sufrimiento y de ansiedad, porque el que ha ganado teme perder. Esto podría tener algún razonamiento en el mundo deportivo pero en la vida, nunca !!

En vez de hacer carreras con ganadores, primero, segundo, tercero, cuarto, etc. no sería mejor llegar a la meta todos juntos, a la vez.
Nadie es libre si todos no somos libres. La libertad no existe sino no es para todos, el éxito no existe si todos no lo tenemos, la paz es inexistente si no hay paz universal.

Este fundamentalismo tan nuestro está basado en un reconocimiento social muy importante al éxito material únicamente.



Parte 3: Final
Es verdad que hacen falta personas sabias para que sigamos evolucionando, es verdad que hacen falta egos elevados de los que triunfan en su área para nosotros poder disfrutar de su arte, es verdad que necesitamos del genio de otras personas para mejorar nuestras vidas, pero también hemos de saber que no es verdad que todos queramos más y más, ya sean empresas, estados, gobiernos ya que siempre hablamos de temas materiales, no es verdad que el éxito profesional y material deba dirigir nuestras vidas (la vida es muchísimo más que eso), no es de recibo que podamos llegar a sufrir hasta niveles importantes por aspectos sociales tan ridículos como un estancamiento laboral.
No es verdad que al morir nos llevamos allá los bienes materiales.
No es lógico que suframos ansiedad, nervios, insomnio, stress, etc. por aspectos tales como el sueldo, el reconocimiento social, no tener trabajo, la fama, el dinero.
No es lógico. No es racional. Solo es una reacción a una comida de coco muy importante que padecemos.

Volvamos a nuestra cebolla.
Quitemos poco a poco la mayoría de las capas que nos hemos ido poniendo y poco a poco redescubriremos esa luz brillante que llevamos dentro, pura, infinita. Solo así podemos ser un poco felices. Hagámoslo ya.

Muchos dicen que ya lo hacen, que pasan de los condicionamientos sociales, pero no es cierto, analicemos seriamente lo que nos mueve, lo que nos afecta y constataremos que somos muy fundamentalistas. Cualquier persona con un sexto sentido se da cuenta que los lenguajes utilizados por muchos de nosotros muestran una inquietud constante solo en aspectos materiales.

En realidad vamos en contra de nosotros mismos. Pero no importa, preferimos no salirnos de las líneas marcadas.

Somos tan pobres de espíritu que dependemos de chorradas para mantener el tipo. Sino analicemos como hablamos, de lo que hablamos, como lo hablamos, como nos afectan ciertas cosas, …
La mayoría de nuestras preocupaciones, neuras, ansiedades e insomnios giran alrededor de temas directamente relacionados con el trabajo, el dinero, la promoción profesional o social, la competitividad en todos sus ámbitos, los logros, la adquisición de elementos materiales de tal nivel, el prestigio socio-laboral, la hipoteca, el dinero para las vacaciones, etc. Pensémoslo seriamente y veremos que es así.

Casi nunca nuestras preocupaciones, neuras, ansiedades e insomnios tienen algo que ver con encontrar la armonía personal, con analizar como puedo vivir de manera mejor y más sencilla, en como puedo pasar desapercibido, en colaborar con organizaciones que prestan ayuda a los más desfavorecidos sin esperar nada a cambio (en realidad ellos te hacen un favor a ti), en tratar bien a los que nos rodean, en transmitir optimismo, en ayudar a solucionar problemas, en saber prescindir de todo aquello superfluo (que es la gran mayoría de cosas), etc.

Es triste, realmente muy triste, darse cuenta que todo aquello que te anima, que te motiva, que te hace vibrar tenga que ver con ganar, con el poder, con el dinero, con temas materiales, con tu prestigio. Triste es, sí!!! Mucho.

Pero somos tan fundamentalistas en este mundo en donde todo o casi todo es válido para progresar en aquello que nos han hecho creer que necesitamos pero que en realidad nos oprime, nos esclaviza y nos hace hasta falsamente felices unos instantes.

Volvamos a nuestra esencia, a nuestro yo, a nuestra pureza!!!
¡Podemos deshacernos del disfraz!
Es difícil, pero un largo viaje se inicia con un simple paso y con saber más o menos a dónde quieres ir y que alforjas innecesarias has de dejar en la cuneta !

Recordar que la felicidad está en el camino, en el día a día, nunca en la meta, simplemente porque no hay metas !!

Quizás seamos muy cobardes y nos dé miedo la felicidad.
No tengamos miedo al miedo.

Así fui, así fue, así pasó, así descubrí que mi única vida no era vida !!
Y me rebelé y conseguí ser valiente justo a tiempo para dejar de ser esclavo !!